viernes, 19 de diciembre de 2008

Reflexiones en torno al encuentro de Enero

Reflexiones sobre el encuentro de enero

La juventud ha demostrado que la estrategia de disciplinamiento que practica el estado, no funciona como quieren desde arriba. En los barrios los jóvenes y jóvenas se agrupan en espacios propios, esquinas, plazas y sitios eriazos haciendo una confraternización que no consiguen en casa, ya que ahí constantemente los adultos reproducen las mismas formas de disciplinamiento institucionales, es la microfísica de la autoridad y del poder.

Por otro lado los secundarios, los queridos pingüinos, expresaron esta cultura juvenil de autonomía y búsqueda de libertad ocupando los recintos escolares y poniendo en cuestión todo el entramado que los aprisiona justamente para convencerlos de que el disciplinamiento debe hacerse, al tanto que aumenta la protesta, rebeldía e intentos de fuga de los jóvenes y jóvenas recluidos en los centros de menores por haber cometido un “delito”, que es como le llaman cuando uno se sale de la fila y rompe la disciplina de las ovejas.

En sus espacios, la juventud crea sus propias reglas del juego, sus propias normas de conducta, sus códigos y lenguajes, sus gestos y saludos. No quieren reproducir el sistema, sino hacer otras formas de vivir, una de ellos, desde ellos y para ellos. No hay afán de imponerle a otros sus reglas de conducta ni se preocupan por tomar el poder del estado para dirigirlo, tampoco creen en dioses ni en fantasmas. Ya están curados de espanto y perciben claramente las rondas de buitres que los rodean y merodean para acercarse a invitarlos a recorrer el camino tal o cual. Están concientes que desde diferentes lugares se elaboran planes para someterles y conquistar su disciplinamiento detrás de alguna bandera, al tanto que las legiones uniformadas se mantienen al acecho listas a saltar con una lluvia de palos, jueces detrás de un mostrador y carceleros de los centros de menores repletos de psicólogos que no consiguen nada más que ganarse el salario.

Ni dios ni ley ni patrón ni marido parecen ser las consignas que algunos adjudican a los ácratas, lo que es un serio error, a veces no tan error, pues contiene la intención de separar aguas con quienes no están por introducir ningún tipo de disciplina dentro de esas olas del mar juvenil.

Basta que tú no quieras seguir la fila sistémica para que digan que eres ácrata, o sea, te orientas por determinada mirada y visión de mundo, así es fácil combatir tus argumentos, ya que el pensamiento ácrata adolece de tal y cual deficiencia conceptual porque el autor tanto o cuanto había dicho que ... etc.

No es posible ser ácrata ni ateo ni marxista ni creyente ni nada de eso.
Somos personas de carne y hueso, llenas de instinto y sentimientos.
Esos intelectuales quieren borrar lo instintivo, lo espontáneo, lo natural, la sensibilidad, para que tengamos solamente “sensibilidad social”, sin importar si el tipo le saca cresta y media a la mujer.

Queremos caminar libremente por el pasto sin zapatos.
No tenemos por qué darle sentido a la vida por medio de un saco de conceptos y teorías que sólo sirven para emborrachar la perdiz. Basta con desplegar desde el cuerpo y los corazones toda la humanidad que viene desde nuestros antepasados. Es falso, totalmente falso que uno se construye culturalmente y hay que destruir esa cultura para hacer otra que sea liberadora. Uno desde que nace es introducido en una burbuja, tal como el show de Truman, el sujeto que desde niño no sabía que le filmaban cada paso para el reality de mayor audiencia en la historia de la TV. Monstruoso, extraordinaria y dolorosamente monstruoso. No porque aparece un monstruo y nos asusta, sino que el sistema crea personas defectuosas, deformes, y los muy imbéciles nos creemos lindos y nos regocijamos en el espejo para llenarnos de convicción, seguridad, placer y autoestima antes de salir a dar la cara a los demás. Nos convencemos de que no haremos un papelón, ya que ser perdedor en esta vida es deshonroso. El buuuuu !! que nos avergüenza cuanto todos nos apuntan con el dedo cuando “perdemos” mientras otros “ganan” en la maldita competencia que nos encajan desde chicos para adoctrinarnos en que debemos ser más y mejores, cada uno para su santo, a ver quien asoma la cabeza, quien se gana la lotería. Uno se la gana y millones bajan el moño intentando “renovar la esperanza” de que en otra ocasión el rayo divino caerá sobre nuestras cabezas otorgándonos la vida eterna. Así, en vez de reorganizar la vida junto a los demás, nos sumamos a la interminable marcha de los autómatas o zombis que miran como hipnotizados hacia delante a la “esperanza” -que es lo último que se pierde, según dicen- mientras a su lado caen los cadáveres de los pájaros a los que se han cortado las alas.

Como tener esperanzas de volar si nos cortan las alas?
Nuestras alas están atrofiadas, amarradas y sólo debemos caminar en la forma y sentido que nos imponen los grandes inquisidores.

Por eso ese newen que viene de la juventud es para todos el aire puro que permite recuperar el aliento, acabar con el humo que llena el salón y no deja respirar, es abrir las ventanas de par en par y recibir el abrazo de la mañana con su aire fresco.

Es espantoso ver como algunos los miran solamente como carne de cañón, un cuerpo sobre el cual descargar los más bajos apetitos, un cliente que va a comprar, un elector que va a votar, un soldado del ejército tal o cual, un explotado salarial, en fin, lo que sea, pero no me vengan con que es Juan o Ana María, persona. Persona !!!! Ja, ja, ja, ja ......

Pues si, personas son las que se van a encontrar en enero, personas que bajan la cabeza sólo para sacarla del lazo o del cepo, para volver a levantarla mirando hacia adelante y hacia el lado, personas que saben que no hay caminos y ya no les creen más a los que gritan al borde la nada diciendo “he aquí el camino....” sabiendo que hay un precipicio o sin saberlo negándose a abrir los ojos cegados por la doctrina del poder, la competencia de quien maneja los cargos de autoridad.

Personas dispuestas a tomar latas de pinturas de diferentes colores y de la mano con otros arrojarlas a la tela de la vida para que dé lo que dé, por el puro afán de jugar, de ser, de expresar, acabar por fin con que lo lúdico es sólo para algunos momentos y el resto debe ser una interminable fila disciplinada de ovejas tontas, con el perdón de las ovejas.

Vamos a jugar a los talleres, pero ya no más entre invitados inteligentes y concientes ni aquellos dedicados al cambio social. Basta de encuentros de getos, logias e iniciados que se intentan convencer los unos a los otros. Esta vez nos sentaremos en medio de la población a ver si somos capaces de seguir su ritmo, lenguaje, ideas, propuestas, iniciativas y a ver si descubrimos ahí como salir del pantano sin estar extendiendo la mano para que los pobres se agarren de nosotros y podamos “salvarlos”.

Ja, ja, ja, ja.
No puedo negar que estoy animado hoy.
“Salvarlos”. Ji, ji, ji, ji, ji.
El mundo está lleno de salvadores. Deben haber al menos unas 43 mil 719 metodologías de salvación y cada una de ellas con su grupo organizado que recluta uno tras otro para que recluten otros más y así vamos encadenando, digo uniendo, para salvarnos.

No somos salvadores de nada, ni de nosotros mismos. Vamos a ver si somos capaces de observar atentamente y descubrir el camino doble que hace la población por su cuenta, por una parte de romper cadenas individualistas y prisiones personales para extender la solidaridad entre ellos en forma comunitaria y por otra parte como eso representa una nueva manera de establecer una democracia no participativa, una democracia barrial que sea un ejemplo a multiplicar.

Vamos a hacer talleres de cualquier cosa, lo que quiera la población. Vamos a poner los talleres anotados y que pongan su nombre debajo. Queremos tener 80 talleres o más y que la gente recorra el lugar donde estarán los papelógrafos para anotarse o poner otro taller. Así que a anotarse los que quieran presentar un taller de radio comunitaria, de yoga, de paper maché, comprando juntos, masaje, lo que venga, para después esos talleres mantener continuidad como formas propias y autónomas de encuentro más permanente entre personas al gusto de ellos. También vamos a descubrir con ellos como una actividad puede interactuar con la otra y al final una feria del trueque para intercambiar lo realizado.

Venga a jugar con nosotros y vamos juntos a jugar con ellos.
Después nos vamos y los dejamos jugando solos.
Podemos ir a jugar a otro lugar.
Por ejemplo podemos hablar con otros para que vayan a hacer también talleres apoyando la continuidad, tal vez en reforzamiento escolar o nivelación de estudios.

Claro que hay algunos que no le ven sentido a desarrollar organización en el barrio y luego irse. Quedan como sorprendidos, ya que están tan acostumbrados a amarrar para contar con seguidores de la papa, que apuntan con el dedo y gritan “Ácratas !!!!”

Nos vemos en enero.
Abrazos
Profesor J

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